¿Cómo utilizar el histograma de mi dron?
Si te estás iniciando en el maravilloso mundo de la fotografía con dron ya te habrás dado cuenta de que fotografiar no es sólo volar y disparar. Desde el aire las cosas se ven de diferente manera y hay que tener mucha técnica, mucha práctica y mucho aprendizaje para este tipo de fotografía.
Una de las particularidades que es igual para todas las disciplinas de la fotografía es su fundamento, “pintar con luz” y su secreto es conocer, aprender y sacarle el máximo provecho.
Hay muchos conceptos que te ayudarán a conocer y controlar la luz, pero uno de los más imprescindibles y menos conocido es precisamente el histograma.
¿Qué es el histograma?
En el caso de la fotografía, se trata de un diagrama de barras que representa la distribución de pixeles de una imagen en base a su luminosidad. De este modo, la superficie de cada una de las barras que forman el histograma refleja la mayor o menor frecuencia de pixeles de la imagen que tienen cada valor de luminosidad.
Se trata en definitiva de una herramienta sencilla, intuitiva y muy útil para conseguir un nivel de exposición adecuado en tus fotografías
¿Para qué se utiliza?
El histograma es la mejor ayuda que la cámara te proporcionará para saber si la exposición es correcta en el momento en el que tomes tu fotografía.
Olvídate de observar tus imágenes a través de la pantalla, este método es poco fiable y depende de la luz ambiente, de la calidad de la pantalla, y de su propia luminosidad. No esperes a llegar a casa para darte cuenta de que tu imagen ha quedado oscura (subexpuesta) o demasiado iluminada (sobreexpuesta). Si quieres partir de una imagen bien expuesta, siempre debes utilizar el histograma para “leer” la luz de tu imagen.
¿Cómo se lee el histograma?
El histograma representa, en el eje horizontal, la distribución de sombras, tonos medios y luces, y en el eje vertical, el número de pixeles de la imagen que tienen tal luminosidad.
De esta manera el histograma podemos dividirlo en tres zonas imaginarias. La zona situada a la izquierda del histograma, nos informa sobre las sombras de la imagen. La zona central, nos informa sobre las zonas de luminosidad media, y la zona derecha, sobre las zonas de altas luces.
Por regla general la teoría indica que una exposición correcta es la que nos muestra un histograma con información en cada uno de sus parámetros lumínicos, desde las luces hasta las sombras, y con los valores (píxeles) bien repartidos por todo el eje y en forma de campana, ya que así se considera que la imagen posee el mayor rango dinámico; es decir, la mayor información tonal posible.
Aunque la teoría nos indique que debería ser así, la realidad es diferente y es debido a que cada fotografía genera un histograma diferente en función de la luz que existe en la escena, por lo que no hay un único patrón específico que sea válido para todas las fotografías.
Lo que sí se puede es estudiar los diversos patrones más generales que nos podemos encontrar en diversas situaciones para poder actuar en consecuencia:
Imagen subexpuesta: Un histograma que acumule la información en la zona de sombras (izquierda), con poca o ninguna información en la zona media y la zona de luces, es muy probable que sea una imagen demasiado oscura. La información suele acumularse en forma de picos en la zona izquierda, pareciendo que estos fueran a “salirse” de la gráfica.
Imagen sobreexpuesta: Un histograma sin información en la zona de sombras ni en la zona media, que aglutina toda la información en la zona derecha de la imagen (luces), es muy probable que esté ‘quemada’. Suele reflejar una cantidad de píxeles (picos) elevados en la zona más derecha de la imagen, pareciendo que estos fueran a salirse de la gráfica.
Un histograma con toda la información acumulada en una misma zona, es una imagen con poco contraste. Tanto si la información lumínica se concentra a la derecha, a la izquierda, o en la zona media. El contraste lumínico se da por la diferencia entre luces y sombras en una imagen, por lo que si ésta carece de diferenciación entre luces y sombras, la imagen resultante se conoce como una imagen de bajo contraste.
Otra ayuda importante que tenemos, además del histograma, es el aviso de sobreexposición o luces altas, que una vez activado, nos muestra con rallas de cebra las zonas donde hay exceso de luz y donde con probabilidad se está quemando la imagen.
Imagen de alto contraste: Un histograma con la información acumulada en los extremos de la gráfica (en las luces y en las sombras) y con poca o ninguna información en la zona de luces medias, al ser la diferencia entre luces y sombras muy elevada, por ejemplo un contraluz.
Un histograma con varios picos, nos muestra una escena donde determinados tonos con información distinta al valor predominante cobran relevancia. Por ejemplo, pongamos un paisaje desértico de un tono generalizado homogéneo pero en el que aparecen unos tuaregs vestidos de diferentes colores en medio del paisaje. Este escenario, probablemente nos dejaría un histograma donde los picos serían esa información lumínica “diferente” del tono general de la imagen.
Imagen Correcta: Cuando el histograma cuenta con una distribución más homogénea, en la que se ha aprovechado todo el rango de luces y sombras que es capaz de captar una cámara y no hay preponderancia de luces o sombras, podemos decir que la fotografía está correctamente expuesta.
¿Debo tener siempre un Histograma Equilibrado?
La respuesta es no. Tal y como hemos comentado cada fotografía es diferente y requiere una luz determinada en función de cada escena. Un ejemplo sería un contraluz, donde ya hemos visto que nos daría un histograma con una imagen de alto contraste.
Hay que saber interpretar el histograma y reconocer cuándo nos está avisando de un problema en nuestra fotografía o simplemente nos está informando de una mayor dominancia en una fotografía de tonos claros u oscuros, algo que, intentamos representar según la realidad de la escena que estamos viendo.
¿Como “Arreglo” El Histograma?
En un artículo anterior hablamos de lo que es importante configurar nuestro dron para que haga las fotografías en formato RAW, pues ahora es el momento de aprovecharlo.
Si llegamos a casa con una fotografía ‘mal expuesta’ tendremos la posibilidad de poder arreglarla (hasta un cierto límite) a través de cualquier aplicación de retoque fotográfico que tenga la herramienta niveles. Aunque no esperes milagros, no vas a conseguir un acabado mejor del que habrías obtenido si hubieses expuesto correctamente. Recuerda que arreglar la exposición siempre agregará ruido a tu fotografía, y eso le restará algo de calidad a tu imagen.
Herramientas como Photoshop, Lightroom o Capture One te pueden ayudar a corregir los histogramas y mejorar la exposición de la fotografía.
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